Hay un comentario que es bastante habitual cuando se habla de vino entre los consumidores y es que «hoy se hace buen vino en todas partes» pero, ¿realmente está informado el consumidor? ¿sabemos quién hace el vino que compramos en el supermercado?
Puede que tampoco sea un tema que le preocupe mucho al que compra una botella de vino en un lineal, lo que realmente le importa es que le guste. La industria del vino, gracias a una enología moderna, ha conseguido producir vinos al gusto del consumidor, creando tendencias y modas para vender «buen vino» a bajo precio, todo es válido, el nombre del vino y la etiqueta son hoy en día una herramienta básica para dar visibilidad a un vino entre tanta botella.
Bodegas, distribuidores, multinacionales, empresas más grandes o más pequeñas, tienen tantas combinaciones de producir un vino como marcas hay en el mercado. La idea romántica del viticultor que cultiva, cuida, vendimia, produce y embotella su vino de sus viñas, es una imagen difícil de ver y que sólo es posible en bodegas de pequeña producción. La realidad es mucho más diversa, puedes hacer vino sin tener viña, vender la uva y no hacer vino, incluso puedes simplemente cambiar la etiqueta de un vino ya hecho y que le pongan tu nombre sin ni siquiera haber visitado la bodega, o al contrario, hacer vino con uvas de una viña que no has visto nunca, en una bodega que no es tuya.
Con esto no quiero decir que un vino sea mejor que otro, a quien le tiene que gustar es a quien se ha gastado el dinero. Personalmente me siento mucho más cómoda y afín a aquellos vinos que han sido producidos por la misma persona que cuida la viña, vendimia y embotella, porque el ingrediente humano es la parte intangible más importante de un vino.
A modo gráfico y simplificando, las combinaciones son las siguientes:
Tiene viña, recoge su propia uva, hace el vino y lo embotella con su nombre
Alquila la viña, recoge su propia uva, hace el vino y lo embotella con su nombre
No tiene viña, compra la uva, hace el vino y lo embotella con su nombre
No tiene viña, compra el vino ya hecho y lo embotella con su nombre
Compra un vino ya embotellado y que puede o no estar en el mercado con una marca y cambia la etiqueta
Estas combinaciones básicas pueden complicarse tanto como se quiera. Los dos últimos casos son lo que en el mundo del vino se conoce como un «por para», es decir, vino producido por la bodega x para un cliente x, ésta es una práctica muy habitual entre las distribuidoras que venden su marca propia. En Francia a las personas que compran vino y lo embotellan con su nombre se les conoce como négociant y como siempre, ¡en francés suena mejor!