Cuando se habla de vino natural, la primera pregunta que nos viene a la cabeza es, pero ¿es que hay vino artificial?. La mayoría de los que nos dedicamos o nos apasiona el mundo del vino, responderemos que no, que no existe el vino artificial, que los hay más auténticos, más honestos, más representativos de un paisaje… pero yo creo que si, sí existe el vino artificial.
Vivimos en una sociedad en la que parece que solo son válidos los extremos, que necesitamos sellos oficiales para creernos a las personas, que no confiamos en lo que nos cuentan, y probablemente no nos falte razón, la experiencia nos dice que hay mucho listillo suelto que se gana la confianza de la gente para después enriquecerse, estos últimos años han habido varios ejemplos muy mediáticos. No sé, puede que yo sea una romántica o una boba y me niego a no creer en las personas y en lo que hacen, soy de primeras confiada y optimista y la verdad siempre me ha funcionado bien. Os cuento todo esto, a quien tenga bien leerlo, porque me he quedado gratamente sorprendida con la campaña que han hecho Wine to water, presentando en un primer momento the Miracle machine, una máquina capaz de convertir mediante polvos el agua en vino y a mi, que me encanta encontrar lo contrario al vino natural, tardé unos segundos en echar pestes sobre tanta química y falsedad, Twitter, Facebook, boca oreja ¡estaba indignada! y sobre todo, me daba la razón, sí existe el vino artificial. Pero me equivoqué y os invito a que conozcáis la campaña que han hecho para potabilizar el agua http://winetowater.org
En cualquier caso, sigo defendiendo que el vino natural es el extremo del vino artificial (bien hay que ponerles nombre) aquel que está manipulado desde su origen, que no busca ninguna expresión del territorio, ni de variedad (a no ser que busque la expresión más comercial de una variedad, es muy conocido el aroma a plátano producido por una levadura seleccionada), que el vino es parte de la industria alimentaria de este país y que como muchos productos en los que nos indican las «E» por ejemplo, E 952 E 331, edulcorantes, acidificantes, etc… en el vino, aunque también se utilizan ciertos productos, no están obligados a indicarlo y sí, se pueden manipular mediante aditivos permitidos, si te interesa el tema y tienes algo de tiempo para ampliar la información legal, pincha aquí.
Como ejemplo del extremo al que se está llegando en la manipulación, os dejo otro caso, este sí es real, de un vino hecho, con base de mosto (eso no podemos obviarlo) y unos cuantos polvos winepod, de hecho entre los profesionales, a la hora de catar podemos utilizar la expresión «es un vino hecho con polvos» para definir esos vinos artificiales.
Quiero dejar claro que entre lo que yo puedo considerar vino natural y vino artificial, ya que no existe ninguna definición legal, hay un abanico muy amplio de trabajar la viña y el vino en la bodega. No se trata de decir lo que está bien o está mal, se trata únicamente de saber lo que bebemos y que al final, cada uno decida lo que más le gusta y a los elaboradores no les debería dar miedo explicar abiertamente qué prácticas utilizan para la elaboración del vino, no debemos juzgarles, cada uno que haga lo que quiera, pero si se les pregunta, y eso es algo que yo hago mucho, quiero poder creerlos.